En la previa de la gran final de la UEFA Nations League entre España y Portugal, todas las miradas estaban puestas en Cristiano Ronaldo. Sin embargo, el protagonista de la rueda de prensa fue Lamine Yamal, y el delantero portugués no dudo en elogiar con creces al joven extremo.
Cristiano, que a sus 40 años sigue siendo clave en su selección —anotando el primer gol en las semifinales ante Alemania—, dedicó varios minutos a hablar de la estrella azulgrana, en un tono protector y alejado de cualquier atisbo de rivalidad.
“Siempre que hay una final es Cristiano contra alguien. Ahora me comparan con Lamine, pero eso no tiene sentido. Lo lógico sería compararlo con Vitinha, que al menos hay menos diferencia de edad”, explicó con claridad el ‘7’ de Portugal, quitándose de encima el foco individual que tantos años le ha acompañado.
Más allá de las comparaciones, Ronaldo quiso lanzar un mensaje de sensatez y prudencia sobre el fenómeno Yamal:
“El niño está haciendo las cosas muy, muy bien».
El club y la selección le ayudan bastante. Está en un ambiente propicio. Pero pido que dejéis al chico crecer por el bien del fútbol. Dejadle crecer con tranquilidad y quitarle presión”, afirmó.
El cinco veces Balón de Oro fue directo con la prensa, a quien pidió responsabilidad en la forma en que se construyen los relatos en torno a los jóvenes talentos:
“Vosotros le podéis ayudar dejándolo tranquilo, porque talento no le falta”.
Las palabras de Cristiano no solo reflejan experiencia, sino también una visión madura sobre la evolución del fútbol moderno. Lamine Yamal es, sin duda, uno de los nombres del presente y futuro del Barça y de la selección española, pero voces como la de Cristiano sirven para recordar que, por encima de todo, es un chico en pleno proceso de formación.
Este domingo, sobre el césped, la veteranía de Cristiano y la frescura de Lamine podrían cruzarse en uno de esos duelos generacionales que el fútbol raras veces regala. Pero más allá del resultado, lo que queda claro es que el respeto entre leyendas y promesas está más vivo que nunca.
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